Se pronuncian palabras, se dicen cosas, algunos secretos.
La palabra la cual mueve el fulgor, azota el peculiar granizo sobre el viento, o la nube apenas roza el beso de la tierra: esa palabra la pronuncia la respiración del halo sobre el alma.
Elevar la niebla sobre los árboles; apenas levantas los talones y el peso de la vida siembra la roca en tu boca.
Elevar el vuelo suele soñar el ojo, y la pluma encumbra el vuelo sobre las sombras.
Citlalli H. Xochitiotzin /octubre 2009
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